A
propósito de un nuevo aniversario de la muerte de Eva Perón, el pasado 26 de julio, acabo de leer en
un afiche lo siguiente: Ella vive, ni un paso atrás. Lo que me
impulsó a escribir estas líneas que no tienen más que el objetivo de poner a discutir algunas cuestiones que andan dando vuelta desde hace largo tiempo. Que "ella" vive no me caben dudas, las controversias que ha generado y aún hoy genera la figura de Evita son bien conocidas por todxs,
considero un buen momento, este, para abrir o profundizar esas discusiones.
Eva Perón ha sido desde sus orígenes inspiradora de intensos sentimientos, pasiones y contradicciones. Entre amores y odios, con argumentos sólidos, unas veces y
otras, infundados, la "abanderada de los humildes" o la "jefa espiritual de la
nación", como la llamaban entonces y como todavía la llaman, se ha convertido hoy más que nunca en la prócer o heroína, rozando el fetichismo, no
solo para lxs viejxs y nuevxs peronistas sino para todo un sector de feministas
(¿distraídas?), de sectores patronales, de la centroizquierda e, incluso, de la
izquierda “independiente”. Mito popular del propio peronismo, a la que han hecho decir y hacer cosas acordes a los intereses de cada grupo en cuestión aún después de muerta, lo que para ser sincera me hace mucho más que ruido.
Que
lxs peronistas asuman a Eva como su prócer máxima es entendible y lógico,
incluso, fue (y es) una persona muy sentida para amplios sectores del movimiento obrero y del pueblo pobre, que a pesar de más de medio siglo de ausencia física todavía recuerdan y toman como punto de partida (y muchas veces de llegada) su origen plebeyo, su empatía con lxs trabajadorxs y las concesiones y asistencialismo a través de la Fundación Eva Perón. Sin embargo
para quienes se reivindican feministas por un lado y de izquierda por otro… es,
digámoslo, sin ánimo de ofender a nadie… por lo menos, absurdo.
Que
Evita fue la mujer más importante en la historia política argentina, es difícil negarlo. Pero qué esconde ese "ni un paso atrás" que versa en los afiches es lo que intento poner a discusión en este primer apunte sobre este tema. A modo de comienzo que apunta a ir desenmarañando las viejas concepciones sobre esta mujer, que sigue manteniéndose presente en la vida política argentina aún hoy a 61 años de su fallecimiento. Hay material extenso para analizar, por lo que mi intención, como dije al principio, es abrir el debate.
Sobre el supuesto feminismo de Eva... o el fiel reflejo del orden patriarcal.
El hecho de ser mujer, de origen plebeyo, que haya llegado a la cúspide del poder estatal no la eleva automáticamente al grado de feminista. Ni siquiera algunos gestos como impulsar la ley de voto femenino. Digo gesto porque esa conquista fue más el producto de una larga lucha de las socialistas de fines del siglo XIX y principios del XX que de la propia Eva, incluso fue Juan Domingo Perón quien vio en el voto femenino, allá por el año 45', un aliado indiscutible para llevar adelante su proyecto político, como más tarde pudo comprobarse, al ganar su 2º mandato con el voto de las mujeres.
Pero quien mejor que la mismísima Eva para desmitificar su feminismo en cada uno de sus discursos y textos, como por ejemplo cuando dice, en algunos pasajes de su autobiografía "La Razón de mi vida", "... yo creo firmemente que, en verdad, existe una fuerza desconocida que
prepara a los hombres y a las mujeres para el cumplimiento de la misión particular que cada uno debe
realizar (...) Es que -lo reconozco -yo he dejado de existir en mí misma y es él
quien vive en mi alma, dueño de todas mis palabras y de mis sentimientos, señor absoluto de mi corazón y de
mi vida. ¿ Que por ser peronista no puedo encabezar el movimiento femenino de
mi Patria? Esto si merece una explicación.
-¿ Cómo va usted -me decían- a dirigir un movimiento feminista si usted
está fanáticamente enamorada de la causa de un hombre?
No, no lo es. Yo lo "sentía". Ahora lo sé. La verdad, lo lógico, lo razonable es que el feminismo no se aparte de
la naturaleza misma de la mujer.
Y lo natural en la mujer es darse, entregarse por amor, que en esa
entrega está su gloria, su salvación, su eternidad (...) De la misma manera que una mujer alcanza su eternidad y su gloria y se
salva de la soledad y de la muerte dándose por amor a un hombre, yo pienso que tal vez ningún
movimiento feminista alcanzará en el mundo gloria y eternidad si no se entrega a la causa de un hombre.
Nos casamos porque
nos quisimos y nos quisimos porque queríamos la misma cosa. De distinta manera los dos habíamos deseado hacer lo mismo: él sabiendo bien lo que
quería hacer, yo, por sólo resentirlo; él, con la inteligencia; yo, con el corazón; él, preparado para la lucha;
yo, dispuesta a todo sin saber nada; él culto y yo sencilla; él, enorme, y yo, pequeña; él, maestro, y yo,
alumna. El, la figura y yo la sombra. ¡El, seguro de sí mismo, y yo, únicamente segura de él!"
Más claro... también encontramos párrafos de este tipo en su Historia del peronismo(1) donde afirma: "... La
intuición no es para mí otra cosa que la inteligencia del corazón; por eso es
también facultad y virtud de las mujeres, porque nosotras vivimos guiadas más
bien por el corazón que por la inteligencia. Los hombres viven de acuerdo con
lo que razonan; nosotras vivimos de acuerdo con lo que sentimos; el amor nos
domina el corazón, y todo lo vemos en la vida con los ojos del amor."
Y como para terminar en el final de su discurso cuando se promulga la ley de voto femenino, en 1947, sostiene que "... Somos las mujeres, misioneras de paz. Los sacrificios y las luchas sólo han logrado, hasta ahora, multiplicar nuestra fe. Alcemos, todas juntas, esa fe, e iluminemos con ella el sendero de nuestro destino. Es un destino grande, apasionado y feliz. Tenemos para conquistarlo y merecerlo, tres bases insobornables, inconmovibles: una ilimitada confianza en Dios y en su infinita justicia; una Patria incomparable a quien amar con pasión y un líder que el destino moldeó para enfrentar victoriosamente los problemas de la época: el general Perón.
Con él y con el voto, contribuiremos a la perfección de la democracia argentina. Nada más."
Quien quiera oír que oiga, quien quiera ver que vea...
Para los peronistas existe una sola clase de hombres: los que trabajan... ¿Y la lucha de clases?
Si la Historia la escriben los que ganan quiere decir que hay otra Historia, cantaban en la Eva teatral. Bueno, es así que cabe destacar que Eva Duarte no fue precisamente una feminista sino por el contrario buscaba mantener y reproducir el orden patriarcal vigente, aliado fiel al sistema capitalista. Pero, además, llevaba adelante una especie de cruzada contra el comunismo y la lucha de clases, escondida en la famosa "tercera posición", que no es más que la conciliación de clases y la defensa del capital. Sin embargo, tampoco hay nadie mejor que Eva para explicar a qué intereses de clase pertenece el proyecto peronista. Sobre sus lecturas de la prensa de izquierda planteaba: Me repugnaba asimismo otra cosa: que la fórmula para la solución de la
injusticia social fuese un sistema igual y común para todos los países y para todos los pueblos y yo no
podía concebir que para destruir un mal tan grande fuese necesario atacar y aniquilar algo tan natural y
tan grande también como es la Patria (...) La lectura de la prensa que ellos difundían me llevó, eso sí, a la
conclusión de que la injusticia social de mi Patria sólo podría ser aniquilada por una revolución; pero me
resultaba imposible aceptarla como una revolución internacional venida desde afuera y creada por hombres
extraños a nuestra manera de ser y de pensar."
Y continúa, "El objeto fundamental del Justicialismo en relación con el movimiento
obrero es hacer desaparecer la lucha de clases y sustituirla por la cooperación entre capital y
trabajo.
El capitalismo, para darle todo al capital, explota a los
trabajadores.
El comunismo, para solucionar el problema, ideó un sistema de lucha
que no terminará sino cuando haya una sola clase social; pero a esto se llega por la destrucción, que es
efecto de una lucha larga, y sin cuartel, entre capital y trabajo."
Conciliación de clases= capitalismo. Patriarcado= aliado indispensable para garantizar, reproducir y legitimar la explotación de millones de seres humanos, varones y mujeres en todo el planeta. Profundizándose en el caso de las mujeres que quedamos atadas por dobles cadenas: la explotación y opresión en el trabajo y en el hogar. Eva Perón lejos estuvo de combatir alguno. Ni feminista ni de izquierda, ni por la libertad e igualdad de las mujeres ni por la liberación del proletariado. A las cosas hay que llamarlas por su nombre: ni abanderada de los humildes ni jefa espiritual, Eva fue una digna representante de un nacionalismo burgués (y patriarcal) que fue y es el peronismo, por más discursos progres que intenten erigir.
Nosotras…
¡la izquierda!
Hablando de la conciliación de clases peronista y del falso feminismo de Eva, hoy, en plena campaña electoral y durante estos últimos días que hemos estado bombardeadxs por nuevos spots electorales, cabe una reflexión: además de ser bastante
bizarros por cierto, encuentro un problema mayor que eso y es la falta
de contenido político, la falta de propuestas, la ausencia de alternativas para lxs
trabajadorxs.
Claro
que quienes me conocen sabrán que mi opinión no es neutral ni mucho menos. Para
lxs que no me conocen, aclaro: milito en el PTS (desde el 2011 en el
FIT) y soy pre candidata a concejal por la ciudad de Bahía Blanca.
A
las ausencias de las “propuestas” electorales tanto del sector K (el de la década ganada... para los empresarios y funcionarios) como de la
oposición patronal, de la centroizquierda y de la” izquierda
independiente” (¿?) se agrega una omisión: las demandas de las mujeres trabajadoras.
Claro está que nuestros derechos no entran en la agenda de ningún partido, alianza o frente,
salvo en la del Frente de Izquierda y de lxs trabajadorxs (FIT): Nosotras (junto a nuestros compañeros), somos las únicas que en nuestro programa del FIT plasmamos nuestras demandas. Pero, además, y eso es lo más importante y consecuente, somos las que nos organizamos y luchamos en las
calles, en las fábricas, en las universidades, en los sindicatos por conquistar nuestros derechos.
Como dice en el punto programático nº 20 del FIT, vamos por el
derecho al aborto legal, seguro y gratuito. Por anticonceptivos para no abortar,
aborto legal para no morir. Por los derechos de la mujer trabajadora. Por el
desmantelamiento de las redes de trata. A igual trabajo, igual salario.
Guarderías gratuitas en los lugares de trabajo y estudio. Por plena libertad
para todas y todos de ejercer la elección de su sexualidad. Contra toda forma
de opresión sexual. Abajo los edictos persecutorios y cualquier forma de
opresión o discriminación contra gays, lesbianas, travestis, intersexuales y
transexuales.
Quienes militamos en la izquierda
revolucionaria sabemos que tanto las
elecciones como la democracia burguesas no son nuestro espacio propio, sin
embargo utilizamos este espacio electoral, en principio y la posibilidad de
obtener una banca obrera para denunciar y desenmascarar a los funcionarios que
se enriquecen, a los empresarios que la juntan en pala, las represiones,
persecuciones y asesinatos a lxs trabajadorxs y luchadorxs sociales, sin techo,
inmigrantes y pueblos originarios. Denunciamos la trata de personas y la
connivencia del estado, las fuerzas represivas y los proxenetas. Las muertes
por abortos clandestinos y por la precarización labroral.
Como marxista revolucionaria, no me obnubilo con figuras patriarcales, conciliadoras y pro patronales ni apoyo esas opciones. Hoy más que nunca, reivindico a las "incendiarias" de la Comuna de París, a las mujeres rusas que iniciaron la más grande Revolución Proletaria del siglo XX, las milicianas de la Revolución española y a todas aquellas mujeres que lucharon por la emancipación no solo de las mujeres sino de todas las clases oprimidas en donde el mayor porcentaje somos mujeres.
Así escribía León Trotsky en el Programa de transición "... la época de la declinación del capitalismo asesta a la mujer sus más duros golpes tanto en su condición de trabajadora como de ama de casa. (...) En ellas encontrarán fuentes inagotables de devoción, abnegación y espíritu de sacrificio ¡Abajo el burocratismo y el arribismo! ¡Paso a la juventud! ¡Paso a la mujer trabajadora!
Agrego las palabras de la comunera Louise Michel(2): “Cuidado con las mujeres cuando se sienten asqueadas de todo lo que las rodea y se sublevan contra el viejo mundo. Ese día nacerá el nuevo mundo.”
(1) Este texto editado sobre las nueve clases de Historia del Peronismo dictadas por Eva Perón en 1951 en la Escuela Superior Peronista.
(2) Luchadora francesa que defendió la causa de la Comuna de París en sus firmes discursos y en el frente de batalla, en las barricadas con las armas.